Para los palestinos, el 15 de mayo es el principio del fin. Hace 62 años, en 1948, se declaraba la existencia del Estado de Israel y, con ello, la expulsión violenta de 726 mil personas de su tierra, sumado al asesinato de centenares de civiles y la destrucción de cientos de aldeas. Fue la famosa operación “Limpieza Étnica”, que los palestinos denominan Al Nakba y puede traducirse como catástrofe, calamidad, desastre.
Cinco millones de palestinos se encuentran hoy en la diáspora; un millón y medio –el remanente que no ha sido expulsado en 1948– sufre el peor apartheid dentro de Israel; otro millón y medio vive en Gaza, aislada y sometida a un bloqueo feroz, con gente que muere por la prohibición del ingreso de medicamentos; el resto se asienta en Cisjordania, dividida en cantones o bantustanes rodeados por muros, cercos, colonias ilegales y puestos militares de control; por último, Jerusalén, totalmente aislada del resto de Cisjordania y con su población sometida a un 40% de desocupación, a un 62% de desnutrición infantil y a la confiscación de propiedades.
Al Nakba no fue el resultado de una guerra, como muchos pretenden justificar: respondió a un objetivo estratégico del Estado de Israel avalado a rajatablas por los EE.UU. La limpieza étnica iniciada hace 62 años continuó hasta la fecha con acciones sistemáticas tendientes a que no quede un solo palestino en Palestina, con el objeto de convertirla en tierra de “colonos” de fe judía. Esa expulsión permanente es lo que la derecha israelí denomina “transferencia”.
Más allá del escenario, esta 62º Al Nakba encuentra al pueblo palestino con varios cuestionamientos hacia la Autoridad Nacional Palestina instaurada en 1994, a la que acusa de haber iniciado un proceso de fragmentación que va desde enfrentamientos fratricidas hasta el cese de la histórica resistencia en contra de la ocupación.
Hace 17 años que la ANP negocia, dicen los palestinos. Mientras tanto, Israel:
- Continúa con su política expansionista.
- Construyó un muro en territorio palestino para usurpar las mejores tierras y fuentes hídricas de Cisjordania.
- Multiplicó por 5 el número de colonos instalados en Cisjordania y Jerusalén.
- Detuvo y encarceló a decenas de miles de palestinos.
- Desató guerras contra Gaza, Jenin, Nablus y otros pueblos, atacados y arrasados con bombas de fósforo y otras armas nefastas.
- Llevó a cabo uno de sus planes más siniestros: la división física y el fraccionamiento de los palestinos.
“No obstante, la historia ha demostrado que la voluntad y fortaleza del pueblo palestino no tiene límites. El anciano que aún se aferra a los documentos legales de su propiedad y las llaves de su hogar usurpado, el joven que no se cansa de salir a la calle a enfrentar el opresor aparato militar de la ocupación israelí y la mujer que a pesar de la hambruna por la cual sus hijos han sido sometidos y la destrucción de su hogar, todos ellos siguen en pie, firmes, para resistir la peor represión militar conocida y, a su vez, enfrentar el colaboracionismo cómplice de las autoridades palestinas, que aún no logran (o no quieren…) comprender que la ocupación militar extranjera SOLO SE RESISTE, NO SE NEGOCIA”, apunta el sitio Palestina Libre.
1 comentario:
VIVA LA RESISTENCIA PALESTINA !!!
fede
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