lunes, 24 de mayo de 2010

TEATRO COLÓN: LIFTING Y CONTRAFESTEJO

“No es una casualidad lo que se está viendo, toda esa discusión tilinga, toda esa concepción respecto del Teatro Colón, que nos pertenece a todos, fue pergeñada, concebida desde esas mentes chiquititas, muy minúsculas, para hacer eso: un país para pocos. No nos pongamos en la cabeza del jefe de Gobierno de la Ciudad porque él no tiene cabeza ni para comprender lo que pasa en el Colón. Lo más cerca que él e pasó del Colón fue cuando Colón jugó con Boca, y nada más”, decía ayer Aníbal Fernández en la reunión bloguera organizada por el MPB y el C.C. Padre Mugica.

Ese es, en parte, el enfoque que tiene Macri del Teatro Colón, más allá de la tragicomedia que intentó protagonizar con Cristina, de la que salió claramente golpeado. Pero ese enfoque no es sólo producto de la estupidez; responde también a un proyecto estratégico: desde los despidos y los “traslados” de personal hasta las “obras” encaradas por el plan macrista, todo apunta al desnaturalizar el proyecto original del Teatro Colón, a cambiar un modelo de producción cultural por otro de importación de producciones de espectáculos.

Por caso, en los subsuelos del Colón se han eliminado los talleres y los distintos sectores que producían la totalidad de los espectáculos, para convertirlo en un club social: confiterías, gift-shops, zonas de esparcimiento. Se destruyó parte de los muros principales, afectando la acústica, y se arrasaron distintos espacios para instalar un montacargas de automóviles. La idea es terminar con el modelo de teatro factoría para imponer el modelo “sala de alquiler”. Sepultar en el olvido la sustancia del Colón: un teatro oficial público de producción propia, con cuerpos estables, dedicado a la multiplicación del rédito social.

Hoy se inaugura el engendro. La propia negligencia de Macri hizo que le terminen sobrando cientos de butacas que serán ocupadas por personajes de la talla de Ricardo Fort o una barrita de jueces de la Corte. Ayer, sábado, se comió un acto de repudio organizado por ex empleados del Teatro, junto legisladores porteños y dirigentes sindicales, en el que se exigió el cese del desmantelamiento de los cuerpos estables, se denunció la política de privatización y desguace y se reclamó que la reapertura incluya a todos los laburantes.

Será por eso que el Niño Mauricio organizó un show visual sobre la calle Cerrito para hoy a las 19 (la gala de reapertura es a las 20), porque se ve venir que le van a ir a cascotear el rancho y quiere vallar el perímetro para que no le arruinen la fiestita. Hace dos meses decía que en el Colón reinaba “un ambiente de sana alegría y sano compromiso”. Todo indica que es muy probable que mañana se coma un garrón, que los muchachos vayan y le armen flor de quilombo.

Acá les dejo un video ("Preludio de un teatro") realizado por compañeros de la FADU y dirigido por Héctor Vidaurre que refleja la realidad que viven los trabajadores y la destrucción a la que se vio sometido el Colón. Sobre este material se seguía trabajando CON LA IDEA DE PROYECTARLO EN LA PUERTA DEL TEATRO EL DÍA DE SU REAPERTURA, ES DECIR, HOY.










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