
En el ‘78, Holanda y Cruyff volvieron a regresar a Amsterdam con las rodillas peladas tras perder la copa con Argentina. Hace 32 años fue el tiro de Resembrick en el palo, ayer los dos mano a mano que se comió Robbe. Pese a haber planteado bien el partido: palo y palo. Holanda salió a repartir murras desde el primer minuto para imponer presencia y sabiendo que jugarle de igual a igual o regalarle espacios a esa España era poco menos que un suicidio. Para destacar: la patada voladora al esternón de De Jong a Xabi Alonso y los múltiples guadañazos de van Bommel a Iniesta.
“Acabamos de perder el Mundial, pero somos segundos y podemos estar contentos de ello. Tiene mérito que seamos segundos”, dijo el goleador Wesley Sneijder. No te la cree ni tu vieja. La pregunta es: ¿son las gallinas de la FIFA?
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