... Balbín, el “viejo adversario” que despidió “a un amigo” (?) en julio del 74, buscó conchabo en otro tipo de afectos también castrenses, pero cipayos, en febrero del 76: “Balbín me expresó su preocupación por la situación caótica que vivía el país y me dijo ‘¿Van a dar el golpe o no? Hagan lo que tienen que hacer’” y “eviten así una larga agonía a la República. No pretenda el aplauso –por interrumpir el orden constitucional–, pero desde el radicalismo “tampoco sembraré piedras en el camino”.
¿Revelación? ¿Carne podrida? El bueno de Sanz lo tildó de “perverso”.
El genocida cerró su alegato con un impúdico “como un acto de servicio más a la patria aceptaré la condena que me impongan”.
¿Revelación? ¿Carne podrida? El bueno de Sanz lo tildó de “perverso”.
El genocida cerró su alegato con un impúdico “como un acto de servicio más a la patria aceptaré la condena que me impongan”.
2 comentarios:
Un asco todo, tooodoooooo!!!!!!!!!
SALUDOS
FABIAN
Como dice Dolina en "El libro del Fantasma": "Es mil veces preferible un malandra que un fanático"
El malandra hasta puede sentir arrepentimiento, pero el fanático nunca va a dejar de ser un reverendísimo...
Lo único que espero es que caigan los otros, los que manejaron "los hilos", los doctores Frankeinstein, los que luego de soltar los lebreles se lavaron las manos y hasta aparecían "indignados" frente a la carnicería que ellos provocaron y promovieron.
SALUDOS CÉSAR
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