domingo, 16 de enero de 2011

ELOGIO DEL PEDO PERONISTA

"Cuántas veces en una reunión de tinte progresista un peronista fue criticado por rajarse un pedo". Anónimo

DEFENSA DEL PEDO, particularmente del pedo peronista

Por Federico Sironi

Así se llamó la defensa que escribió en latín el Sr. Don Manuel, cuya traducción castiza fue realizada en Madrid con una prosa sublime. Dicha traducción, que data del año 1901, dice:

“SEÑORES PEDORREROS: Habiendo llevado, muy á mal, que el Pedo ande desterrado, prófugo, y lejos de todo comercio y trato humano; me parece todavía más insufrible y perjudicial al bienestar de la República el tolerar semejante abuso en el presente tiempo de esta cuadragesimal abstinencia de carne. Porque ¿dónde hay cosa más dura, más triste y más intolerable, aun para los ojos más impíos, que ver desterrar con algazara y con silbos de las ciudades y repúblicas y aun del mundo entero, al que en las delicias del pueblo, al conservador de la libertad, y al que es (no sé si lo diga, lo diré, en fin) el sagrado, el asilo y refugio de la salud? Se permiten otras pestes en el Estado, y ¿al mejor y más benéfico ciudadano no se le deja respirar el aire de la patria?”

El comienzo del opúsculo es desgarrador. Don Manuel Martí, de la insigne y colegial iglesia de la ciudad de Alicante, sabía de lo que hablaba. Ya mucho antes la literatura española conoció la opinión de Don Francisco de Quevedo y Villegas, en su trabajo “Gracias y desgracias del ojo del culo”. También el padre Barnabas, en la línea del barroco español, distinguió seis clases de pedos, necesarios para conservar la salud, que no es el caso reseñar aquí, por cuestiones de espacio. En efecto, señores, lo que se quiere defender aquí es el pedo peronista.

La particularidad del pedo peronista, que cualquier compañero o compañera se ha rajado alguna vez, es que nunca es disimulado. Acompaña el latir de los bombos en las manifestaciones –tal vez por eso al ojo del culo alguien lo calificó como el ojo músico– permitiendo caminar con mayor prestancia. El pedo peronista, en ciertas circunstancias, puede ser el que desenlace una reunión o un acto de militancia, con su particular sonido: viva perón, el que se logra apretando un poco el culo, parado en posición de firme o sentado sin hamacarse de la silla.

Aclaro que el pedo peronista nunca deja el culo sucio, aunque los compañeros que lo tienen, se debe a la circunstancia de que sus actos reprochables según nuestra doctrina los hace pensar que lavarse con el bidet es para putos, pero puto es el hombre que del verdadero pedo no fía.

Finalmente, y para no extenderme mucho, tengo que decir que los gorilas padecen de un pedo fatal: el vulgarmente llamado pedo líquido, que deja palometas en los calzoncillos, a veces mancha los pantalones, hace picar el culo y los tiene nerviosos todo el día haciendo declaraciones inconsistentes. Nunca pueden ellos sustraerse del olor a mierda, mientras que el pedo peronista favorece la salud y deambula por el aire como éter.

6 comentarios:

contraéstosyaquellos dijo...

Parafraseando a Carl Schmitt, de quien estoy leyendo algún texto por éstos días puedo decir que los pedos se dividen en pedos amigos y pedos enemigos. Ni que decir tiene, por tanto, que uno no elige sus propios pedos sino que son éstos quienes suelen elegirlo a uno. Parecería entonces ocioso, atribuirle al sujeto algún grado de volición o responsabilidad en lo que a sus pedos se refiere. Casos no faltan, sin embargo, en que flatos peronistas acabaron transformándose, al cabo de los años, no sé si por involución o simple dejadez, en su exacto contraflato gorilón. En fin, estamos librados al vértigo de nuestros propios pedos. El pedo es un destino.

Pibe Peronista dijo...

Cumpa, usted se refiere al "flato crisálida", que es casi una sorpresa del topolín. En cuanto a que los pedos suelen elegirlo a uno, debo disentir y decirle que sostengo que, por lo general, uno es artífice de sus pedos. Me encantó el término "contraflato". Algo más: mi amigo Federico, autor del post, publicó hace año y medio una novela que le recomiendo: "Los infieles. Una generación en el olvido".

Un abrazo

ELBUSCON dijo...

EL pedo es un universo agradable cuyo centro está en todas partes y su circunferencia es ninguna, diría Blas Pascal. Pero el pedo peronista es viceral, y uno lo constituye con años de lucha. El contraflato es el horror de los oligarcas. El flatin el de los trostikitistas que toman té inglés five o'clok tee, o ti opop si. El flatin opera en casos como imperativo categórico: tirate flatines para que no se tiren pedos. El flatin provoca un intoxición en los intestinos que da electroencefalograma indicativo, intoxica el cerebro. Lombroso previó el flatín y el contraflato, como gases que se sintetizan en la molécula "in baculum", ciegos sin bastón. Y los ciegos sin bastón son hombres desesperados capaces de cualquier cosa.

oscarfquinteros dijo...

Pibe. me parece que también habría que teorizar, sobre el pedo debajo de las sabanas, ese pedo no delator, silencioso, que busca fisurar el conjunto, sé lo puede oler en la blogosfera, confió en que no sea un pedo liquido, pero según mi olfato proviene de un orto, cuya doxia está mal digerida.
Saludos.

ELBUSCON dijo...

El pedo que se tira debajo de las sánas solo molesta a las mujeres cuando están casadas... No es arte, parte o entidad de discusión política. Pues toda doxia, ortodoxia y heterodoxia, son parte de una misma doctrina: EL PERONISMO.

ELBUSCON dijo...

OTRO SI DIGO: las sánas son las sábanas de los que se creen sanadores del pedo. Solo el pedo peronista sana. Cacofonía, bien. Dicen que el sentido común es el más común de los sentidos, pero una cosa es el sentido común y otra el lugar común donde las heces abundan...Nueva cacofinía, salgo del intríngulis: VIVA PERON!!!