El progresismo es una forma de mala conciencia; básicamente, desconoce todo concepto de poder. El progresismo se escurre ante la necesidad de tomar decisiones, es difuso, un espectro siempre de retaguardia. Enarbola banderas tratando de encontrar casi una estética de lo político, como si lo político fuera bello: todo lo que es correcto es progresista. El progresista es correcto de puertas afuera pero siempre guarda un muerto en el ropero, un muerto que no muestra. Ese muerto es la pauta nefasta que nos ha dejado el liberalismo utilitarista. La mirada sesgada del progresista niega la realidad. Todavía pretende educar al soberano, cuando el soberano es el que tiene que educar a los que tienen la posibilidad de desarrollar una concepción política discursiva, que de alguna manera lo comprenda. El progresista trata de explicar al peronismo dividiendo lo bueno de lo malo, y el peronismo no es ni bueno ni malo, es la única forma práctica de gobernar este país. Hay quienes afirman que el peronismo se ha reducido sólo a una cultura, pero esa cultura se afirma en una concepción de poder, de ir por el poder y de ejercerlo. El progresista tiene todos los tics de la izquierda divina, la izquierda intocable, la izquierda colonial, que así puede llamarse nuevamente ante las pautas dictadas por este nuevo imperio. El progresista, en definitiva, es un decorado de antesala, pues ama la antesala, pero desprecia la sala del poder, donde las decisiones muchas veces deben tomarse dentro de un margen muy pequeño. El progresista se cree víctima, pero la mayoría de las veces oficia de victimario y, generalmente, de amante de los cambios sociales que nunca existieron.
5 comentarios:
Yo estoy convencido de que el término "progresista", en nuestro país, fue vaciado de contenido.
Es más una categoría a ser alcanzada que una identidad política. Porque, además, quién puede decir quién es progresista y quién no si en este país sacaron chapa de progresistas desde De la Rúa hasta Stolbizer, pasando por varios que defienden los intereses patronales antes que los del pueblo. Pero claro, si defendieran los intereses del pueblo no serían progresistas: serían peronistas.
Saludos.
sera antipatico pero la de que la unica forma de gobernar este pais es el peronismo nos hizo comernos cada galletita que ni le cuento don pibe. Yo me comì 30 años de manolo quindimil en lanus y su corte de los milagros con el cuento del peronismo de Peron.
La unica salida que yo tengo a esta paradoja es que no es lo mismo hablar de los peronistas que del peronismo... porque peronistas son todos y algunos, mamita querida, por ej. sin ir mas lejos el cabezon duhalde (digo sin ir mas lejos porque vive aca nomas), Ser progresista esta vacio de sentido como esta vacio de sentido a menudo decir de alguien: es peronista.
Y no nos peliemos, que ni siquiera llegamos a ser amigos!!!
Mire que nos vamos a peliar por estas cosas, che. Nos respetamos y abrimos un espumante gamba di pernice, qué joder.
yo llevo una vodka stolich con gustito a naranja para convidarla a ud. y la hungara.
Voy pidiendo una grande calabresa
Publicar un comentario