CUMPLIR 52

Resulta que hace un par de días cumplí 52, y gracias a mi amiga Nilda me entero de que en las culturas prehispánicas 52 era el cumpleaños más importante de una persona, entre otras cosas porque se cumplía un siglo de vida (el siglo tenía 52 años), con lo cual se ingresaba en una nueva categoría social llena de distinción y aprecio: la de Anciano, lo que traía aparejado sabiduría, madurez y experiencia para nutrir a las nuevas generaciones.

Por otro lado, cada 52 años estas culturas celebraban la gran ceremonia del “Fuego Nuevo”, de profundo significado social y religioso, ya que implicaba el inicio de un nuevo ciclo de vida para todos. Este cumpleaños, entonces, equivalía plenamente a “volver a nacer”, porque en este segundo “siglo” de vida, se vuelven a recibir del cosmos las mismas influencias energéticas que en el primero.

Al cumplir 52, el tipo o la mujer participaban en un ritual de Temazcal dedicado a él/ella, con el propósito de gestarlos de nuevo en el vientre de la madre Tierra, unificar su ser y fusionarlos con todo lo creado. Así:

Saludo a los rumbos

Encendido del Fuego Sagrado por el Aj Men (sacerdote)

Limpieza y purificación del festejado, efectuada por el Aj Men

Trabajo ritual con el sonido del tambor, antes de entrar al Temazcal

Tendido del cuxan xun desde el centro del altar al Temazcal

Tendido del cordón umbilical desde el fuego sagrado al Temazcal

Sahumado de cada una de las 13 personas y entrada al Temazcal

Cosa que (totalmente ajeno a ello) yo simplifiqué pidiendo unas mollejas al verdeo a Los Chanchitos, delivery. Lo otro es saber que el 52 significa "madre e hijo" en los sueños de la quiniela. Medio, digamos, pobretón al lado de los mayas. Como sea, creo que de alguna manera debo haberme vuelto a unificar con la naturaleza, al menos con las agallas de la vaca. De la sabiduría, todavía ni noticias. De la vejez, mucho menos.