MACRI PROFUNDIZA EL MODELO

El Niño Mauricio entiende, y con razón, que el 65% del balotaje legitima la “profundización del modelo” durante los próximos cuatro años de gestión. Los dos primeros pasos a seguir fueron la proyección del aumento del ABL y el raje de ocho delegados gremiales que le estaban haciendo demasiado ruido en el Teatro Colón. El tercer punto es el inminente ingreso a la Legislatura de un proyecto de ley que prohibirá los acampes, los piquetes y la permanencia de personas durmiendo en la vía pública, temas que dormitaban por cuestiones electorales y vuelven con fuerza como prioritarios en la agenda Pro, inspirados en la famosa ley del alcalde neoyorquino Michael Bloomberg.

El argumento central es que indigentes apoliyando en la calle y negros piqueteros cortando el tránsito en el Obelisco queda feíto, no es Pro. Pero para afuera, Larreta dice que el GCBA se encargará de darles cristiano cobijo a los sin techo, mientras que los cortes de calle impiden el libre tránsito, sobre todo de ambulancias y bomberos. Todo esto sucede por no haber aceptado la propuesta macrista del “piquetódromo”, un espacio cerrado para marchar y llenarlo de desdentados resentidos, como en una suerte de SimCity.

Para erradicar definitivamente al morocho que pernocta, acampa o protesta, y para evitar aquellos viejos mocos de la UCEP, se necesita un marco legal (de ahí el proyecto de ley) pero también una herramienta que lo ejecute y garantice. Por eso la Metropolitana está terminando de entrenar a una fuerza especial “antipiquetes” (que empezaría a operar a fin de este mes) destinada a reprimir corte de calles y acampes y a meter presos a los manifestantes, mejicaneando jurisdiccionalmente a la Federal. El tema es que, por el número, sólo podría actuar en casos de protestas de hasta 100 personas, reflejando el sesgo bananero de la “bloombergización”. Es decir, el Niño recién lanzó la metropolitana en tres o cuatro comunas (2.400 efectivos) pero ya babea por tener su propia fuerza de elite represiva. Claro que el mal momento puede evitarse si el manifestante “pide permiso” y, obviamente, si lo obtiene.

Ahora bien, la ley bloomberg tal cual fue diseñada en NY no implica solo palos a manifestantes o un lugar para dormir, comer e higienizarse, sino también “un sistema de refugio de una familia por 10 meses, aproximadamente, brindando en forma gratuita asistencia médica, asistencia a escuelas de los niños, búsqueda de empleo o de reinserción laboral y social y tiene un apartado para personas que viven en taxativa que no prohíba manifestarse, pero (que exija) hacerlo en determinados lugares autorizados”, señala el sitio NU. ¿Está dispuesto el GCBA a garantizarlo?

Eso sí, en el caso de los pernoctantes, al igual que en NY, la ley abarcaría sólo a aquellos que duermen en posición horizontal y con pertenencias en la calle, no a los que están sentados en, por caso, el banco de una plaza. Como se ve, la capacidad humillatoria de la norma es infinita y a la medida de un pelafustán como el Niño.

Lo que queda claro es que se va por la institucionalizacion de la represión de la protesta y el accionar de la UCEP. Por las noches, el sin techo será llevado legalmente a patadas en el culo para ser hacinado en algún parador asqueroso donde se mezclan gente alcoholizada con pibes y mujeres, y las 9 de la mañana será devuelto a la calle de otro certero puntapié en el upite. De planes de vivienda y de desarrollo social como verdadero paliativo, nada, mutis. Y al que no le guste que se vaya a Cuba, ahí van a saber lo que es protestar, pedir limosna o dormir en una plaza, manga de zurdos.