EL ETERNAUTA ES UN INDIVIDUALISTA LIBERAL, SEGÚN LA NACIÓN

Leemos en La Nación una nota donde el badulaque Martin Krause establece, con total liviandad y con el ojete cómodamente instalado en el sofá de su hogar, que la identificación del El Eternauta con Néstor Kirhner es equívoca, ya que se trata de un “héroe libertario”. De manera grotesca y a partir de endebles sifonazos argumentales, Krause termina definiendo a Oesterheld y a su personaje como “liberales libertarios” o “individualistas liberales” y la única coincidencia con el kirhcnerismo que reconoce es éste: “la existencia de un enemigo común une a las fuerzas populares”. En ningún momento habla, claro, de peronismo. Incluso acusa –veladamente, pero lo hace– a Oesterheld de plagiar a Heinlein.

“Es necesario tener en cuenta que, si bien Oesterheld fue montonero, era un gran admirador del escritor norteamericano de ciencia ficción Robert Heinlein, en quien se habría inspirado para desarrollar la serie”, escribe Krause y destaca que el autor era “un reconocido libertario o individualista liberal”. Una estupidez supina, como decir que el Che jugó al rugby o que a Walsh sólo le interesaban el ajedrez y las novelas policiales antes de los fusilamientos de JL Suárez.

Otra “connotación poco kirchnerista”, según Krause es que el argumento es “muy borgiano”. Además, reproduce un pasaje donde Salvo le haba a un Mano de la solidaridad entre hombres y habitantes de otros planetas y considera que “suena más a la ‘simpatía’ del Adam Smith de Teoría de los sentimientos morales que a los usuales comentarios de 6,7,8 o de Carta Abierta”. Y concluye: “Salvo no busca el poder. Sólo defiende su libertad individual y la de su familia. En tal sentido, es más libertario que revolucionario”.

Un teorema de laverap que en ningún momento toma en cuenta el contexto en que fue escrita la obra, el origen de sus personajes ni la alegoría clarísima que encarnan: la resistencia peronista. Tampoco existen para Krause modificaciones ediciones posteriores que rubriquen e incluso modifiquen el rumbo del héroe. El objetivo central, obviamente malogrado por Krause, es defenestrar al héroe colectivo en pos del héroe individual, tanteando en la oscuridad y surcando una ruta que desemboca en un camino muerto, falseado caprichosa y maliciosamente.

¿Qué pasa con Franco, el tornero que encarna a los obreros metalúrgicos, o con Favalli el científico, o con las tropas “leales” del ejército argentino que acompañan a Salvo? ¿Qué pasa con la leyenda “Vote Frondizi” que aparece en un pasaje? ¿Qué pasa con la legitimación de la violencia organizada por parte de los sobrevivientes a la nevada mortal?

¿Qué pasa con la modificación del guión en 1969, cuando Oesterheld agrega un acuerdo entre los “Ellos” y los EEUU y la URSS para poder invadir Sudamérica? ¿No le suena a “tercera posición” esto a Krause?

¿Qué pasa con la edición de 1976, ya con Oesterheld como cuadro medio de Montoneros, sacrificando en la historieta al héroe colectivo y otorgándole a Salvo un rol de dirección por sobre los líderes populares de la historieta?

¿Qué pasa, en definitiva, con Oesterheld confundiéndose con su propio personaje y terminando secuestrado y asesinado él y sus cuatro hijas?

Etcétera, etcétera, etcétera

Entonces, si Oesterheld y El Eternauta son liberales e individualistas, ¿NK –según Krause en las antípodas– no lo es? ¿O todos son libertarios libremercadistas? Favor de esclaracer...

El “periodismo militante” tiene un límite, Krause. Una vez franqueado, se convierte en cagatintismo recalcitrante.