sábado, 24 de marzo de 2012
UN ANGEL
“Dorita Falco era un ángel”, así la recuerdan todos. Lo era. Lo es. Mi amiga del barrio, de la cuadra, de aquellas largas charlas en la terraza. Dorita, estudiante de magisterio en el Normal 7 de Almagro, detenida-desaparecida a los 19 años (“oye muchacha que hablas con la nariz y eres pecosa, y tienes 20 años y una ambición muy grande”, diría Tuñón), el 18 de abril de 1978 (unpar de años antes habían asesinado a su compañero, delegado de fábrica). Doña Dora, su madre, luego madre de Plaza de Mayo y un poco la madre de todos, y Carlos, que bancó a morir. Silvia y Patricia, sus hermanas, también amigas. No hay testimonio de su paso por algún campo clandestino de detención. Hubo sí, una llamada de despedida sin despedida, que nos fuimos trasmitiendo de boca en boca.
En ella, mi querida e inolvidable amiga -silenciosa, generosa y valiente, en aquellos tiempos bravos, escritos de otro modo-, Dora Liliana Falco, va mi recuerdo para TODOS los compañeros detenidos-desaparecidos.
Y esto versos de Gelman, que les caben perfectos: “Si me dieran a elegir, yo elegiría / este amor con que odio / esta esperanza que come panes desesperados”
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4 comentarios:
Un abrazo. Nos vemos en la plaza.
No nos han vencido!
Nos vemos, Cané, amigo!
Qué ojazos. Cuanta vida transmitían, Y se la llevaron los hijos de puta.
Juicio y castigo a TODOS los culpables.
salute, pibe!
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