VAMOS BIEN: SEGÚN MARIANO, CRISTINA NO ES UNA "PRESIDENTA NORMAL"

El bueno de Mariano alude, con gran escepticismo, a la nota de Abel Posee titulada La Presidenta aún puede cambiar y se pregunta ¿Es verdad que la presienta aún puede cambiar? Normal es gobernar con "sentido común", prescindir de cualquier convicción (hasta supuso, mal pero supuso, que aquello de "no llegué hasta aquí para dejar mis convicciones en la puerta de la Casa Rosada" podría haber llegado a ser algún bleff circunstancial), reelección indefinida y fundamentalmente de toda ideología política -ni hablar de involucrar a los jóvenes-, excepto la liberal, claro, que no es política sino la condición humana en su máximo estado salvaje.

"Presidentes normales" fueron Cardoso, Lula,Sanguinetti, lacalle, Alan García; son Mujica, Roussef y Ollanta Humala.Se cuida Mariano, picarón, de no incluir a Piñera en la lista.Básicamente, presidnetes normales son todos aquellos que entregan el rosquete con alegría y fruición.

Presidentes normales fueron Alfonsín y Menem, que se sacaron de encima el "problema" de los derechos humanos para poder gobernar o chorear tranquilos (?). Presidente normal sería tal vez para Mariano un peronista que robó con Grosso, se fue a lavar culpas y dividendos con Carrió y volvió impoluto, como recién parido.

Normal fue, según Mariano (siempre lo dice) "el viejo Perón" (no olvidemos que en la era K, Perón es "bueno", el Perón mudo es siempre bueno para cualquier gorila) que "echó alos Montoneros de la plaza". Ahora "en lugar de los Montoneros armados, que fueron derrotados por las Fuerzas Armadas, surgieron entonces los Montoneros desarmados , que hasta ahora están triunfando. A ellos pertenecen Cristina, Máximo y La Cámpora. El paso de la lucha armada a la lucha ideológica trajo consigo dos consecuencias notables. Una, que éste fue uno de los casos excepcionales de la historia en que los vencedores, en vez de ser quienes cuentan el relato de sus hazañas, perdieron el relato, inexplicablemente, a manos de sus derrotados (...) de modo tal que, mientras casi mil militares siguen hoy presos sin sentencia, sus antiguos vencidos han ascendido a la cima del poder".

Entonces, Cristina elige: o se convierte en una "Presidenta normal" o continúa en el derrotetro chavista, que sólo conducirá al fracaso. Porque "la política es sucia", atenienses.  

Ayer leía en el blog de la venezolana Carola Chávez un post titulado La asquerosa política. Dice ahí:

Cuando hablan de política mis amigos opositores fruncen la cara con grima y aclaran que ellos -¡Líbrelos Dios!- no son políticos sino simples ciudadanos ejerciendo su derecho a opinar. Y amanecen enchufados a Globovisión, buscando una tragedia nacional, una hecatombe siempre fallida, algo que les mantenga intacto el terror. Así desayunan, almuerzan y cenan hablando, con la boca llena, mal del gobierno... apolíticamente, claro. La política, para la gente pensante de este país, es poco menos que una obscenidad. “La política es sucia, embarra todo lo que toca.” -afirma cada ladrón juzgando por su condición. 

(...)

Así, apolíticamente, se oponen a todo lo que haga el gobierno quejándose, con especial esmero, de lo que ellos llaman paternalismo de estado, “porque eso de darle casas, educación, salud, a la gente solo fomenta la flojera, no crea ciudadanos sino mendigos, aunque mi papá me dio todo, hasta mi apartamento y mi camionetota, pero mi papá no es el estado y yo ni tengo la culpa de tener un papá con billete, o sea…” En cambio, aplauden a los gobiernos que, cual padres desnaturalizados, rescatan bancos quebrados sacando el pan de la boca a sus pueblos para dárselo a los banqueros causantes del descalabro. Es decir, que el estado solo debe ayudar a quien no lo necesita. A los demás si no los ayuda su papá, que se jodan, nadie los mandó a ser pobres. Apolíticamente hablando, claro.

Tan lejos y tan cerca estamos de esa realidad