jueves, 31 de diciembre de 2009

MIEDO A LA CLASE MEDIA...

El neoliberalismo se encargó de dejar a millones de personas fuera del sistema durante los años 90. Ahora los quiere eliminar porque “son todos chorros”. ¿En qué quedamos? A ese modelo económico le sobraba gente a la que no estaba interesado en mantener dentro del mercado: no existen subjetivamente, los han destituido de humanidad y los han despojado de su condición de ciudadanos y de “consumidores”. En una operación meticulosa y exenta de “violencia”, el neoliberalismo ha querido borrarlos del mapa.

Pero ellos están ahí ¿Qué se creen esos negros chorros, faloperos y asesinos? Tal vez hubiera sido más efectivo liquidarlos con algún arma biológica. Pero como bien dijo Paulo Freire, “el oprimido tiende a imitar al opresor”, y ahora se los tienen que comer con fritas. La misma violencia y el mismo desprecio vuelven, potenciados a la enésima. En ésta, la clase media juega para el patroncito: no quiere perder lo poco que ha conservado luego de la caída.

Acá les reproducimos este texto enviado por la compañera y amiga Liliana, vendedora ambulante en un parque porteño, que ilustra maravillosamente lo antedicho.

YO TAMBIÉN TENGO MIEDO… A LA CLASE MEDIA

Hace menos de dos semanas me tocó vivir un poco confuso episodio en un parque de Caballito. Estaba trabajando, con mi hija, y veo venir corriendo un chico perseguido por la policía. El oficial lo alcanza y lo coloca contra las rejas, le tuerce el brazo para que se dé vuelta y, mientras coloca la cachiporra sobre el hombro del chico, llama por handy a sus compañeros gritándole “¡¡¡hay muchos más!!!”.

La gente que trabaja en el parque, supuestos aspirantes a acceder a la clase media argentina, comenzaron su propia caza de brujas delatando dónde se escondían los otros menores. Acto seguido, la reja estaba poblada de cuatro chicos vestidos de rojo y ocho hombres equipados con cachiporras y celulares, vestidos de azul.

Otros tres adolescentes se pararon para mirar el espectáculo circense y escupían a los pibes que estaban ahora sentados contra las rejas mientras los cargaban (ja, ja, boludos, los agarraron).

Una adolescente vestida de Akiabara con ojos azules y largo pelo negro, recién planchado en la peluquería, pasó y les gritó “putos, negros de mierda a ustedes tienen que matarlos”. Y yo, que le tengo más miedo a la policía que a los pibes chorros, me puse a llorar.

Lloraba, lloraba por los pibes, por ver a mis propios compañeros (adultos y chicos) devenidos en jueces y verdugos de los menores, sin siquiera saber realmente lo que había pasado. Lloraba por el abuso que implica tener cuatro chicos con la cabeza entre las rejas como vacas que van al matadero y ver sus lágrimas de miedo. Miedo a la policía y miedo a la gente, que pedía a gritos que los acribillen contra las rejas.

Tres adolescentes (los supuestos damnificados) con cara de bobos disfrutaban de la escena sentados en un banquito del parque. Me acerqué a ellos y les pregunté qué les había pasado. Me dijeron que dos de esos chicos les había robado el telefonito, y al preguntarles por los otros dos me respondieron que a ésos los había corrido la policía y los había agarrado.

El celular apareció tirado entre unos árboles (alguno lo había robado; no importa, porque era nada más que un celular). Entonces se juntaron más de diez policías, y como no encontraron nada en la mochila de los chicos, los dejaron ir. Acto seguido, la gente del lugar corrió a los pibes y los agarró a patadas y trompadas. Se la agarraron con el más chiquito, un nene que tendría unos doce años y que juraba no tener nada que ver con el hecho. Juraba haber salido del colegio recién y haberse asustado por la corrida policial.

Yo le creí, e imaginé a mi hijo menor, el que tiene diez años, saliendo del colegio y supuse que si le hubiera tocado vivir una situación como esa también hubiera corrido, también hubiera llorado y también lo harían escupido y cagado a patadas, porque yo le enseñé que hay que tenerle miedo a los chorros pero también a la policía. Lo que todavía me falta enseñarle, porque me cuesta aprenderlo, es que hay que tenerle miedo también a la clase media argentina.

Y ahora, semanas después de lo ocurrido, me pregunto: ¿qué hice yo para detener esta secuencia de terror? Hice lo que pude, lloré por la sensación de injusticia, le pregunté a los oficiales si era necesario dejar que la gente escupa a los pibes (con un miedo que parecía respeto), tras lo cual retiraron a los guanacos de la escena del hecho (espero haber podido salvarlos de algunos escupitajos).

Dejé de saludar a los justicieros del parque, pero lo más importante fue que logré que varios de mis compañeros cambiaran su discurso y ¡¡¡entraran en razón!!! (aunque sospecho que algunos me dicen que tengo razón para no enfrentarse con la vieja loca, ja ja).

Bueno, por lo menos me queda una esperanza: saber que al menos mis hijos entienden que "¡Ningún pibe nace chorro!”. Que tenemos que asumir la responsabilidad nosotros ante tanta desigualdad y tanta pobreza.

Liliana
Vendedora ambulante


PD: No pongo más datos porque tengo miedo al avance de la derecha con la complicidad de la clase mierda, perdón, clase media argentina.


NADIE NACE CHORRO

Para todos los excluidos, pibes y no pibes, va este deseo de un Mejor Año, de una Mejor Argentina, de una consolidación del sentir y la filosofía peronistas como forma de vida y como visión del mundo, de la mano de la compañera Cristina.

Pibe Peronista

6 comentarios:

musidora dijo...

yo también le tengo miedo a la clase mierda analfabeta, la escena que contás es para llorar de impotencia, de rabia

qué están incubando, nuevos nazismos?
qué quieren de verdad?
no puedo entender tanto desprecio, ni tanta ambición
creo que es una clase con la cabeza totalmente podrida

pero las cosas pueden cambiar
puede haber menos injusticia
confío en que este país está cambiando

saludos
paula

Pibe Peronista dijo...

Musidora: hoy una pobre vieja se choreó una lata de atún en la cartera en el Coto, y fue demencial cómo la trataron, el show que se montó alrededor y el disfrute de la gente y aun de las cajeras, que no eran de clase media, pero que pretenden serlo. Es la ley del gallinero. Hay que cambiar la cabeza, fuera de joda.

Beso peruca
Pibe Peronista

Unknown dijo...

Gracias pibeperonista por publicar mi cartita. Besos a Todos. Ana

ElOtroCampo dijo...

Pipo, grosa historia la que cuenta Ana (asi se llama,no?)pero me parece que marchamos con fritas! Los de abajo quieren vivir en el "centro" y admiran a mirta, a la su y a marcelo hugo, los del diome quieren ser biolcatti y toda la runfla agrogarca incluido narvi, y los de arriba, se siguen garcando de la risa. En fin, ahora voy a leer lo de platense, a ver si se me va la cabron.
Abrazo norteño!

Pibe Peronista dijo...

Hay que hacer la "revolución mental", como decía Perón en el 72.

Pibe

Unknown dijo...

Qué lo parió. Ahora me entero que Pino quiere hacer una alianza con Binner para quitarnos espacio a nosotros??????Pino, por qué no te dedicás al cine y te dejás de romper las pelotas, eh?. Y hablan de tercera posición, que mundo chiquito que tiene esta gente, acaso no saben quienes somos la tercera posición!!!Al final como siempre la "izquierda" sigue siendo funcional a la derecha. Este ispa no cambia más!!!
Besosperonistas (anque troskoleninistas para Posse) Ana