INSISTO: SER O NO SER PERONISTAS

Como peronistas, estamos viviendo un momento histórico sin precedentes. Es posible que muchas veces no tomemos real dimensión de esto porque también, como tantos, nos estamos moviendo en el ojo de la tormenta. Por eso mismo hay varios objetivos y contenidos que no debemos perder de vista si queremos llegar a buen puerto. Cosas realmente básicas, como que el problema de este país nunca pasó por derechas o izquierdas sino por Liberación o Dependencia. Patria o antipatria. Clarito y real.

Es preciso entonces sumar sin sectarismos pero sin perder de vista la estrategia. Tácticas y herramientas puede haber muchas, pero la estrategia fue, es y será una sola. Bienvenidos entonces los grupos de facebook, la movida digital, los seis siete ochos’s, la batalla imprescindible para vencer al ejército de ocupación comunicacional. Pero, como bien dice el Chino (Los Caniches), “los peronistas no podemos dejarnos llevar por ‘gorilas en remisión’ bajando línea no peronista desde la televisión pública”. O, como plantea la cumpa Ana Costantini , siempre voy a preferir “un Compañero Real a un kompañero virtual”. Ganar la calle, ni más ni menos.

Decía yo (disculpen que me cite a mí mismo) hace un par de semanas: “es el momento de sumar y no de restar, pero ¿qué otra cosa es este gobierno popular sino la continuidad de una línea de pensamiento y acción que arranca con San Martín, continúa con Rosas e Yrigoyen y se afianza definitivamente con Perón? Si no entendemos esto, corremos el riesgo de estar parados en el aire, y no sé cómo podremos sostener en el tiempo éste o cualquier otro modelo nacional y popular. El peronismo no sólo como expresión política, sino como filosofía y como forma de vida. ‘Nunca me metí en política, siempre fui peronista’, decía el Mono Gatica. No lo hagan en sus casas, háganlo en sus almas”.

Ser peronistas e incorregibles. Sin dudas, sin “climas de época”. Es lo que más les duele y lo que más nos gratifica.