FUTURA

Si la tragedia se repite como parodia, ¿la parodia se repetirá como comedia musical? Vale la pena detenerse en el lanzamiento y la campaña de Ricardito. “La estética, la onda general con que esta propuesta se presenta es decididamente retro”, escribe el Ingeniero, que además hace un excelente análisis del tema.

Me interesa agregar algunos otros datos sobre la estética ricarditiana. El primero es el regreso de la tipografía Futura, tan cara los radicales desde el 83. Fue muy usada a mediados del siglo pasado, se vio relegada a fines de los 50 por los tipos de palo (Helvética, Univers, etc.) y renació en los años 80. Futura Bold, para ser más exactos, fue la utilizada en los afiches de Raúl y ahora en los de Ricardito, realizados por Martín Baintrub, de la agencia Persuasión.

En una nota de diario Perfil, el equipo de campaña de Ricardito asegura que “no hubo una búsqueda de similitudes, el único nexo es el uso tipográfico”. No jodamos, no es sólo el tipo de letra lo que se ha copiado sino también la disposición gráfica de objetos. Y si seguimos raspando vemos, por caso, que aquella línea interna llamada “Movimiento de Renovación y Cambio” ha sido reciclada como “Movimiento de Renovación Nacional” pura y exclusivamente pour la galerie, y así sucesivamente hasta una posible caja PAN.

El resto es fisonómico: el gran parecido, el bigote, la cadencia de la voz. Aunque los ojos de Ricardito son los de un tipo derrotado de antemano. El discurso es antiguo y remilgado (la moral, el civismo, el progreso) y hasta descabellado: “Ganar la calle para lograr una auténtica democracia participativa con justicia social”. ¿Adónde estuvo viviendo durante los últimos siete años, en Sierra Leona? ¿A quién le habla?

La campaña de Raúl Alfonsín fue brillante. El publicista David Ratto la personalizó en su imagen. Usó cuatro instrumentos simbólicos de persuasión: el óvalo con la sigla RA, el Preámbulo, el eslógan “Ahora Alfonsín” y el saludo a la distancia. El lenguaje de la campaña fue la calle y una publicidad innovadora. Otro acierto fue la segmentación de mensajes: las mujeres, los trabajadores, la vivienda… Utilizó a full la TV (grabó 30 spots), las paredes, los volantes y los diarios para mandar un mensaje disciplinado con una identidad visual clara y significativa. Una campaña estratégica e inteligente que se vio enriquecida por el cri cri cri de un PJ que apeló únicamente a la (mala) intuición y a las acciones desordenadas.

Todo eso frente a este cachivache genético descontextualizado y carente de contenido. Una Futura sin futuro.