miércoles, 30 de marzo de 2011

HACIENDO LONDRES

Algunos dicen que para asimilar el complejo pensamiento vivo del Niño Mauricio es necesario leer antes al facilitador de entusiasmos Alejandro Rozitchner; otros, más pragmáticos, sostienen directamente que es un pelotudo. La negación de las ideologías y de la política se da de trompa contra las medidas ultraliberales y maracas que intenta imponer el mequetrefe. Ahora vemos el correlato del “hacer libre de ideologías” en una de las grandes capitales del planeta. El Niño de pasó de rosca y ahora inspira a sus propios inspiradores. Se viene “Making Londres”, pero en este caso desde una perspectiva “nacional” y con resistencia local.

Leemos en un cable de la agencia AP que
el primer ministro inglés David Cameron recortará 18.000 millones de libras esterlinas (29.000 millones de dólares) del presupuesto de bienestar social para ayudar a cubrir el déficit presupuestario del país. La mezcla de ricos y pobres que ha caracterizado por cientos de años las calles del centro de Londres podría desaparecer ante las nuevas medidas de austeridad adoptadas por el gobierno.

La enorme deuda impulsó al gobierno a tomar medidas de austeridad que recortarán los subsidios para la vivienda para personas de bajos recursos. Esto podría llevar a que miles de familias pobres abandonen sus casas y se dirijan a la periferia de la capital en un éxodo que podría destruir permanentemente su diversidad cultural, económica y étnica.

El alcalde de Londres, Boris Johnson, quien suele hacer declaraciones polémicas, ha comparado el plan con una “limpieza social estilo Kosovo”.

(…) Según una de las estimaciones podría haber un éxodo de unas 200.000 personas que abandonarían el centro de Londres. Las familias de escasos recursos se verían obligadas a vivir en los suburbios y en pueblos circundantes, opciones más cercanas a su presupuesto, dejándole las calles de la capital a los ricos.

Los críticos temen que las zonas tradicionalmente habitadas por la clase trabajadora, como el extremo este de la ciudad, que le dio a Londres su espíritu combativo, queden en silencio y que el carácter multicultural de la urbe se pierda.

…) “Todas esas personas usan los mismos servicios públicos, las mismas tiendas, las mismas escuelas, el mismo transporte. Eso ayuda a que la gente sea más tolerante con los otros”, dijo Sian Berry, ex candidata a la alcaldía de Londres.

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