domingo, 3 de abril de 2011

LA PRENSA INDEPENDIENTE CONTRA EL DICTADOR CORREA


Así empieza y termina la nota escrita el 6 de febrero pasado en el diario El Universo por Emilio Palacio, uno de los “periodistas independientes” que fogonearon el golpe contra Rafael Correa en septiembre de 2010. Quien la lea completa comprobará que no hay párrafo que no incluya la palabra “dictador” en referencia a un Presidente electo con el 56,67% en 2006 y reelecto con el 55% en 2009. Palacio acusa a Correa de querer amnistiar a policías implicados en el levantamiento del 30 de septiembre de 2010 y de crímenes de lesa humanidad (“haber ordenado fuego a discreción contra un hospital lleno de civiles”). Hay, también, notas anteriores y posteriores en las que Palacio asegura que el secuestro y el levantamiento fueron una suerte de puesta en escena de Correa. El 21 de marzo pasado Rafael Correa inició acciones legales por “injuria calumniosa” contra los Carlos, César y Nicolás Pérez, directivos del diario El Universo, y contra Palacio, por 80 millones de dólares.

Increíblemente, la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos (AEDEP) emitió un comunicado en el que señala que “en el periodismo independiente, las columnas de opinión son responsabilidad de sus autores y no reflejan, necesariamente, el punto de vista del medio en que se publican. Los columnistas opinan con libertad de conciencia, sin restricción alguna. Si la libertad de expresión que se ejerce en los medios pertenece a la libertad de pensamiento de todos los ecuatorianos, sólo un periodismo abierto y libre permite un debate plural de ideas, indispensable en la vida en democracia”, subrayando que así “se intenta complicar más el ya difícil panorama para el periodismo independiente” y que “el Ecuador necesita un jefe de Estado tolerante con la crítica, incluso cuando la tolerancia contradiga su temperamento y aún cuando él, en su subjetividad, sienta que lo han injuriado o le han causado daño moral. Por todo ello, el juez debe descartar la demanda planteada en contra de El Universo”. El periodismo independiente que trata de dictador a un presidente electo y que intenta vender como falso un golpe de estado respaldado por sus propios cagatintas, le pide entonces a la Justicia que no sea independiente. Lo de que “en el periodismo independiente, las columnas de opinión son responsabilidad de sus autores y no reflejan, necesariamente, el punto de vista del medio en que se publican” es escandaloso, no se lo cree ni mi hija de siete años.

Más grotesco aún es que el comunicado esté firmado por 21 medios gráficos ecuatorianos.

Claro que intervino también la SIP, calificando de “abusiva, aberrante y extralimitada” la actitud de Rafael Correa, quien “debe ser tolerante a la crítica como lo establecen principios de libertad de expresión en los tratados políticos internacionales que el Estado ecuatoriano firmó”.

Un poquitito más light, Reporteros Sin Fronteras dice algo así como que es verdad que Palacio es un reverendo hijo de puta, pero considera que "estos procesos son muy peligrosos para la libertad de expresión”.

El Presidente Correa fue clarito: “No estoy bromeando, lean la Constitución: todos tenemos derecho a la honra, al buen nombre, y no es que se exceptúa el insulto o difamación al Presidente de la República por parte de cualquier periodista y editorialista. No permitiré que se metan con estas cosas: con mi honor... con mi familia inmediata, mi esposa y mis hijos; y con el 30 de septiembre que fue algo tan doloroso para el país. Lo que han dicho tendrán que probarlo ante la Justicia. Estamos marcando un hito en la historia latinoamericana, no podemos ir con los payasos, tenemos que ir con el dueño del circo’’. Y a tomar por culo.

3 comentarios:

Daniel dijo...

Se cocinan todos en la misma olla de la SIP. Y éstos hablan de "dictadores"; cuando la agencia trabajó con la CIA par promover y apuntalar a todas las dictaduras del Continente.

profquesada dijo...

La SIP es a la primera década del siglo XIX lo que el plan cóndor lo era a la década de los 70 del XX. Unifica criterios para la acción político-ideológica. Es lo que ahora se llama la batalla cultural pero que en realidad encubre la verdadera batalla que es por la supervivencia, por el predominio, que los grupos concentrados de la economía adquirieron durante las décadas finales de los 80 y 90. Los dueños de la SIP son a la vez una parte sustancial de los amos de las economías de nuestra sufrida américa. Y la batalla se ha transformado en "cultural" porque nuestros pueblos han comenzado a cuestionar y a liberarse del pensamiento único liberal y proyanqui.

profquesada dijo...

Quise decir XXI