A esta altura Cristina gana caminando con los talones por mérito propio y su mejor campaña es ese grotesco llamado “oposición”. Últimamente emerge una nueva figura de votante: el que alguna vez se subió al caballito de telgopor de la gesta sojera o del volátil 28JUN09 y aterrizó de ojete sobre su propia inconsistencia. No es el “indeciso”, es el “gorila vergonzante” que puja por treparse al caballo pinto de la gloria. En el último mes he escuchado infinidad de pelotudeces del estilo “Ella cambió, está menos agresiva, más abierta, se quiere sacar de encima ‘todo lo malo’ (?), ahora habla con todo el mundo, y ojo que les dijo a ellos (?) que si la siguen jodiendo no se presenta una mierda en octubre y van a ver lo que es bueno... Ay si hubiera sido así desde el principio… Claro, ahora no está EL para obligarla a ser una jodida… Ojo que si sigue así yo la voto eh?” y bla bla bla… El gorila vergonzante es firme candidato al cachetazo nuquero y, por qué no, al tiquiñazo en la oreja pero, técnicamente, ¿cómo debemos tratar a este tipo de mequetrefe? Como siempre, la respuesta te la da Néstor, dale play:
5 comentarios:
Qué buena foto, Pibe!
Supongo que muchos escuchamos comentarios similares.
Y qué grande Néstor.
Gracias, compañero!
Ya sé que es una tontería, pero le hubiera ido bien como abuelo al viejito (me refiero a Néstor)...
jugosisimo parrafo, cuando alguien pone en palabras lo que estabas pensando. "alcoyana alcoyana" .
aunque la categoria gorila vergonzante no la comparto, no se es peronista o gorila, ( vergonzante si comparto )hay otras cosas, en fin.
ya te lo dije QUE BUEN BLOG...
Publicar un comentario