domingo, 19 de junio de 2011

MIREMOS A CHILE

Para el Forro Mayor, Niño Mauricio, y el resto de los Forritos (Carrió, Hijo del Padre, Bañero, etc.) que se llenan la boca con que hay que “mirar a Chile”, va esta bonita página.



En Chile, que es ejemplo, sí, pero de una de las mayores brechas de desigualdad social en Latinoamérica, se paralizó la educación pública debido a que cientos de miles de estudiantes de todo el país tomaron 300 liceos y colegios exigiendo que se termine el lucro en la educación, que se garantice la educación como un derecho y que se devuelvan al Estado las escuelas y los liceos entregados a los municipios en 1986 durante la dictadura del genocida Pinochet. Lo que se pide es un sistema educativo de calidad, inclusivo y equitativo que dé igualdad de oportunidades, y en esto están las autoridades universitarias y los académicos junto a los alumnos.


Y más aun: la estatización de la educación en todos sus niveles: básica, media y universitaria; el boleto estudiantil durante todo el año; que los alumnos de nivel técnico-profesional tengan derecho a sindicalización, y frenar lo que para ellos supone la privatización encubierta de la educación, que se estaría concretando a partir de la concesión a inversionistas privados de los establecimientos dañados por el terremoto de 2010.



Las universidades no pueden lucrar con su actividad pero, según la prensa chilena, “hasta el propio ministro (de Educación) Joaquín Lavín reconoció –en el programa Tolerancia Cero, de Chilevisión– que fue inversionista de la Universidad del Desarrollo y que como tal obtuvo ganancias”.



“En Chile 80% del costo de estudiar lo solventan las familias. Las universidades estatales y privadas tienen mensualidades que se encuentran entre las más caras del mundo: oscilan entre 400 y 800 dólares. Los créditos estatales han sido traspasados al sistema bancario, que cobra altas tasas de interés. Según expuso el economista y codirector del Centro de Estudios Nacionales del Desarrollo (CENDA), Manuel Riesco, en una columna publicada el 7 de junio en el diario electrónico El Mostrador, el problema de la educación ‘radica en haber desmantelado el sistema público, cuyo engrandecimiento debió ser siempre su objetivo principal’. Peor aún, agregó, ‘ello ha sido deliberado: se argumenta que colegios y universidades públicas gratuitas y de buena calidad constituyen una ‘competencia desleal’ para la industria de educación privada. El fomento de esta última ha sido el verdadero norte de la política vigente en las últimas décadas”, destaca Apro Valparaíso.



“Según aseguró en su habitual columna en La Tercera el doctor en economía de la Universidad de Chile, Eduardo Engel, ‘el principal problema de la educación superior chilena es que los estudiantes de menores ingresos son los que más pagan, recibiendo una educación de peor calidad. La gran desigualdad que existe en la calidad de la educación básica y media persiste al llegar a la educación superior’.”



En medio de tomas, marchas y movilizaciones, el ministro de Interior Rodrigo Hinzpeter declaró: “Esas no son manifestaciones: son actos de vandalismo, de desorden social y, claramente atentan contra el orden público”, y anunció la presentación de querellas “contra todos los responsables”.



Miremos a Chile, el país que “ha hecho grandes progresos en su economía” (no me hagan reír), el espejo en el que se miran nuestros republicanos, una republiqueta hecha a la medida de cuatro o cinco hijos de puta.


3 comentarios:

ram dijo...

Es que, un país de mierda como éste, que les paga (que eso son las becas) a los chicos para que estudien en universidades gratuitas y mejores que las privadas, es un escándalo, subversión pura, un modelo insoportable.
Si lo mira con los ojos de un diarreico mental como el mauricio, que ni debe saber dónde queda Chile, a él le hablan a la oreja y repite, su vocación verdadera es la música, el teatro, un artista y gente como usted, que le amarga la vida, que en 4 años lo llevó del nene de papá maravilloso, al jovato de hoy. Pobrecito.

iris dijo...

En realidad, que un tipo como Mauricio Macri , (mal) educado en colegios privados desprecie a la universidad pública es lo normal. A su clase social la universidad pública le parece una competencia desleal en el negocio leonino de la educación privada.
Lo verdaderamente patético es oír a clasemedieros que levantan unos pelos del agua y hablan con desprecio de la educación pública. (Tuve ocasión de charlar con una compañera que exigía indignada que el estado proporcionara una universidad privada para los que no quisieran ir a la pública;para ello sugería privatizar la universidad local y que becaran a los que no pudieran pagarla)

Pibe Peronista dijo...

Justamente, ese es el espejo en que se miran. Es ignorancia y al mismo tiempo una sensación de confort unicelular. Saludos cumpas!