UN SENTIMIENTO

Siempre fue el primo rico que vivía al otro lado de Cabildo, el que se llevaba nuestros mejores jugadores y nos los devolvía gordos y rotos. No obstante, debo decir que cuando Platense caía en desgracia de descenso, algunos calamares iban a ver a River los domingos. Eran los más viejos, los que se habían deslumbrado en los 40 con aquella famosa “Máquina”.

La relación siempre fue contradictoria. En los años 80 River nos dio varias “manitos” para zafar del descenso, pero fue un vínculo más institucional que emocional. En uno de esos partidos, última fecha, River ganando 4 a 1, yo vi gente con camiseta millonaria en la tribuna calamar. Lo empatamos 4 a 4 sobre el final y la hinchada de River nos prendió fuego un quincho del club. No entendimos el mensaje. O sí.

En mayo del 87, un River que venía de ganar todo lo que se puede ganar en el fútbol, nos da otra manito: dos a cero abajo y descendidos, lo damos vuelta 3 a 2 sobre la hora en el monumental. Ese día el Tolo Gallego paró con la mano una pelota que venía de un corner, como diciendo “muchachos, no le hacen un gol a nadie, tomen”. Un escándalo. Mientras, la hinchada de River incendiaba una bandera marrón y blanca. No entendimos el mensaje. O sí.

Y llegó la oscura mañana del domingo 13 de junio del 99, cancha de Platense. Había que ganar y esperar que pierda Unión. Pero Unión ya ganaba desde el vestuario, y River esta vez no nos perdonaba y nos clavaba un categórico 3-0 con Ramón como DT. Fue el último descenso (foto) , se cumplían los lineamientos del neoliberalismo (equipos de barrio quebrados y saqueados por sus propios dirigentes) y la voluntad de Grondona y Avila (TyC): “Ferro, Platense, Huracán y Español tienen que jugar en la B”. ¿Arsenal no?

¿Qué debe sentir un calamar ante el descenso de River? Los que se alegren merecen todo mi desprecio; los que se amarguen, también. Yo, particularmente, no siento nada. Doy libertad de conciencia a cada calamar, y quedo como un duque. Igual, no quiero saberlo. Termino de escribir esto y se fue al descenso SM de Tucumán. Qué noche, Teté.