LUIS AGUILÉ, DE LADRI A MÁRTIR

“Ya sabíamos, que había ‘algo raro’, por lo que no permitieron velar el cadáver de Luis Aguilé en la sede de la Sociedad de Autores de España: la canción censurada a Luis Aguilé. Desde hace varias semanas circula una canción de Luis Aguilé que está siendo negada su difusión por las radios nacionales (AM principalmente). El motivo: el gobierno amenaza a las radios que si pasan este tema, las publicidades oficiales se irían reduciendo. Es por ello que no hay difusión y sólo circula en cadenas de mails y foros online (!).”

Este párrafo forma parte de una cadena de mails que intenta reflotar la loca idea de un Luis Aguilé “prohibido” por la berretísima e inocua canción titulada “Señor presidente”. A esta altura uno se pregunta si no habrá sido una operación de prensa del freak para pasar a la posteridad como un perseguido político (lo cual puede hasta resultar loable, como coronación paparrucheril). El mismo Aguilé dijo al respecto en 2008: “Esta profesión no es un colchón de rosas y por esta canción voy a tener problemas para volver a Argentina”. Y agregó: “Yo fui más perseguido que Serrat”.

He aquí el pecado musical y sobre todo estético:

Aguilé se encargó de aclarar que este engendro “podría” estar dirigido a Zapatero, pero también a Hugo Chávez. Por supuesto, el culebrón pegó el coletazo e hizo eclosión en los arrastrabiromes de nuestra prensa independiente.

PERO

El 7 de enero de 2007 La Nazión publica una crónica firmada por Adolfo C. Martínez en la que se relata que Aguilé cantó el tal “Señor presidente” en el marco de la presentación de un disco en el Teatro Astral de Buenos Aires (ver nota completa)

SIN EMBARGO

Dos años después (11 de octubre de 2009, ver nota), el mismo periodista escribe en el mismo diario, con motivo del fallecimiento del bardo, que el tema había sido censurado en Guatemala, Venezuela y Argentina, dejando en claro que la ética periodística se divide en antes y después de la 125 y la estatización de los fondos de las AFJP y UN DÍA DESPUÉS de la sanción de la Ley de Medios.

Una lástima. Hubiera sido bueno recordar a Aguilé como un ladri simpático y, sobre todo, por esto que grabó a los 12 o 13 años: