domingo, 14 de marzo de 2010

CIENCIA FICCIÓN EN CLAVE PERUCA

El domingo pasado la revista clarinetista se dedicaba a ridiculizar nuestra mística, nuestra historia, nuestra eterna vigencia. Mientras sueña con un peronismo muerto, Clarín trata de instalar desesperadamente una imagen paródica del movimiento nacional. De ahí la nota de tinte burlesco sobre la película Zenitram y la alusión a que los blogueros peronistas (MPB) intentan “migrar la mística a la web”. No hay nada que “migrar”. La mística estuvo siempre, desde Catriel o Juana Azurduy, y la web es un invento del último milenio, una herramienta rasa.

Zenitram, un argentino que vuela. “¿Volará en la taquilla?”, se pregunta socarronamente Clarín. Nos peguntamos: ¿podrá algún día reponerse Clarín del shot en el culo recibido con Fútbol para Todos y la Nueva ley de Medios? “Dificulto”, diría mi viejo.

Ahora cabe ocuparse de Zenitram en otro tono. Una comedia en clave de ciencia ficción dirigida por Luis Barone, con guión de Barone y el escritor Juan Sasturain, y con dirección artística de Daniel Santoro –uno de los más grandes artistas plásticos contemporáneos– y Martín Oesterheld, sobrino del creador de El Eternauta. El escenario de Zenitram es una Buenos Aires retrofuturista ideada por Santoro y fechada a mediados del siglo XXI. “Un gótico tardojusticialista –aclara el pintor–, asumiendo que el urbanismo peronista ya ha conocido su apogeo y está en decadencia”. A esa “decadencia” se refiere y no a la decadencia del peronismo, como intenta vender la nota de “Muerta”.

“El hecho revelador es que para los productores extranjeros, cuyos preconceptos son inseparables de la Evita de Alan Parker y de la ópera de Lloyd Weber, Buenos Aires debería ser por fuerza un parque temático de las dos primeras presidencias de Perón. Sucede que, al natural, la ciudad no tiene suficiente ‘verosimilitud’. Como toda capital, no fue construida en un solo período de gobierno ni en un plan
quinquenal. En las desopilantes maquetas de Santoro, las construcciones precarias de los cartoneros ya han avanzado sobre el Estado y se apoyan en las columnas clásicas de la Facultad de Ingeniería, sede histórica de la Fundación Eva Perón”, señala Matilde Sánchez en el sitio de urbanismo adiaz.com.ar

Zenitram, primer superhéroe peronista, está embarcado en la defensa del acceso al agua, el bien supremo de la humanidad en un siglo de monopolios. Su escenario es una Buenos Aires de urbanismo posperonista, donde sólo permanecen los emblemas del esplendor y una arquitectura de espacios públicos desvencijados.

Martínez se transforma en contacto con el espejo. “El es Martínez de nombre. Zenitram es su nombre en el espejo, al vesre –contaba Juan Sasturain hace cuatro años–. Zenitram suena lindo para superhéroe. Los varones un poco más grandes sabemos de lo que hablo. ¿A ver, qué les evoca Zenitram? Ustedes no son tan grandes como yo. Zenitram era una marca de los depósitos de agua de los mingitorios de los baños públicos, por ejemplo en Constitución. Era una fábrica de unos gallegos, Martínez, que le pusieron Zenitram. Todavía están. Lo buscás en internet y están. Entonces cuando vos vas a mear a un baño público tenés delante de tu nariz el nombre Zenitram.

“Va a ser una película de culto. No sabemos si buena o mala, pero va a ser una película de culto. ¡Va a ser inolvidable!
(…) Es una película cara, porque el tipo vuela, anda por Buenos Aires, choca con el Obelisco, pasan muchas cosas. Es una producción que se hizo con los españoles, con un actor yanqui muy lindo. El que hizo de Zenitram es Juancito Minujín, actrices españolas. Pusieron guita los brasileños… Es un quilombo considerable. Y no había plata para terminarla, están haciendo la truca en España.

“Lo que pasa es que Coco Barone tuvo mala suerte: iba a estrenar la película anterior, que se llama El tigre escondido, y en esa película trabajaba Chabán. Justo antes de Cromañón. Si Coco llegaba a estrenar esa película con Chabán haciendo de psicoanalista, le queman el cine. Nunca pudo estrenar, no recuperó guita, esas cosas fatales. Esperemos que esta, alguna vez, se estrene. Se filmó en 2006. Pero no sé cuándo saldrá. ¡No dejen de verla cuando se estrene!”.

Actúan Luis Minujín, Verónica Sánchez, Jordi Mollà, Luis Luque, Steven Bauer, Edda Bustamante, Rubén Stella, Sandra Ballesteros, Daniel Fanego, José María Muscari, entre otros. Producida por la empresa argentina Kaos, la brasileña Jaguar y dos productoras españolas: Telespan 2000 y Estudios Picasso Fábrica de ficción.

Zenitram / escena transformación:


1 comentario:

el ojo con dientes dijo...

sin dudas que va a ser una película de culto ¡yo le hago prensa gratis!