QUE SE LO METAN EN EL ORTO

Mientras nos mantenemos peinados con alerta, no viene mal cortar un poco el bajón destituyente dejando fluir algunas pelotudeces terapéuticas, caso la inminente entrega de los premios Oscar. Veo a mucha gente ansiosa y hasta nerviosa por la nominación de la película argentina El secreto de sus ojos. El Pibe deja constancia, con varios días de anticipación, de que le importa tres carajos el veredicto de la Academia de Hollywood. La única Academia que reconoce este Pibe es Racing Club, siempre y cuando no nos mande al descenso.

Retrotraigámonos a 1985. La “Academia” premia como mejor película extranjera a La historia oficial, de Luis Puenzo. En la ceremonia, una de las protagonistas del film, Norma Aleandro, es la encargada de pronunciar el remanido “And the winner is…”. En un ángulo de la pantalla aparece la madre de Aleandro llorando como una magdalena frente a un televisor. Un bochorno oficial. Los mismos tipos que habían promovido y financiado dictadura, represión y muerte en América Latina, premiaban ahora una supuesta denuncia testimonial sobre los desaparecidos en la Argentina.

De hecho, la estrategia había cambiado. Ya no necesitaban reprimir ni matar para mantener disciplinada a la monada. La nueva fórmula era “democracias frágiles + deudas externas”, que no ensucian, no complican ni despiden mal olor. Y La historia oficial estaba hecha a esa medida. Alfonsinista, bajas calorías, lavada, resignada y… muy aburrida. El “viento de cola” del Oscar tampoco le sirvió a Puenzo para convertirse en un gran director, básicamente porque no lo es. Años después filmó Gringo viejo –sobre el libro de Carlos Fuentes–, que se diluyó en un mar de buenas intenciones pero no le movió un pelo del upite a nadie.

A El secreto de sus ojos le damos 3 pibes y medio de puntuación (el máximo es 5 pibes). Pero ¿a por qué viene la “Academia” ahora? ¿A por la “transparencia” de nuestra Justicia? ¿A por el encomio del “self-made-man” que encarna el tibio personaje de Darín? ¿Es la cercanía a ese falso ideal de ecuanimidad de Charles Ingalls lo que los seduce y beneficia? Como sea, que se lo metan bien en el orto.

Pibe