La novela El Dictador (Editorial Sudamericana) salió a la venta en febrero de 2001, época en que sus autores, María Seoane y Vicente Muleiro, trabajaban en el diario Clarín. Seoane ingresó en 1993 como prosecretaria de la sección Política y luego fue editora jefe del suplemento Zona hasta 2003. Muleiro se incorporó en 1990 a la sección Política y entre 2003 y 2009 fue editor del cultural Ñ. Hoy ambos se desempeñan en la dirección y subdirección de Radio Nacional, respectivamente.
Muchos dicen que el libro estaba siempre agotado porque los dueños del monopolio mandaban a comprar la mayor cantidad posible de ejemplares en cada edición.
Copio textual de págs. 270-271:
(…) Para aceitar la defensa de su gobierno en el frente externo ante las acusaciones de violador de los derechos humanos, a principios de febrero del 77 Videla llamó a Buenos Aires a Alejandro Orfila, secretario general de la OEA. Pero no lo llamó sólo por eso: unos días antes había sido secuestrado y asesinado en la tortura Jorge Rubinstein, cuñado de Broner y contador de Graiver, quien a su vez había muerto en un sospechoso accidente en México, en agosto del 76. Su imperio, que incluía inmobiliarias, compañías de turismo, financieras, agencias de Prode y lotería, bancos, la participación accionaria en La Opinión y mayoritaria en Papel Prensa, la única empresa que fabricaba papel de diario en la Argentina, estaba vacante. La primera consecuencia de la desaparición de Rubinstein fue el secuestro de Lidia Papaleo, esposa de Graiver, una semana después. Durante la tortura y violación de Papaleo, perpetradas por el comisario Miguel Etchecolatz, director de Investigaciones de la Policía Bonaerense y mano derecha de Camps, en el Pozo de Banfield, el comisario amenazó a la mujer con frases como “burguesita traidora”. Papaleo terminó admitiendo que Montoneros enviaba emisarios mensualmente a las oficinas de la empresa Egasa de Graiver, supuestamente para recoger los intereses que producía el capital depositado por los guerrilleros. “Dónde está la plata de los montos, turrita”, le gritaba Etchecolatz a Papaleo, sintetizando las aspiraciones de sus jefes, Camps, Suárez Mason y Saint Jean. Papaleo fue obligada por Martínez de Hoz y su pariente, Pedro Martínez Segovia, socio de Graiver y presidente de Papel Prensa, a vender su parte en la empresa papelera. Las acciones terminaron siendo ofrecidas por el Estado –como parte de una operación de negocios que no disimulaba un intento de control a la prensa– a Papel, la empresa que constituyeron tres diarios: La Nación, Clarín y La Razón. Años más tarde, Villarreal contó que la discusión sobre a quién ofrecerle Papel Prensa produjo un durísimo enfrentamiento en la Junta. Papel era la candidata de Videla y Martínez de Hoz. Massera tenía otro candidato: el banquero José Rafael Trozzo, dueño del Banco de Intercambio Regional (BIR). “Esa reunión –afirmó Villarreal– fue una de las pocas veces que Videla ‘blefeó’, utilizando términos del póquer. Ocurrió cuando se discutía el tema del famoso Papel Prensa. De entrada había dos o tres candidatos. Massera destrozaba sistemáticamente a todos los candidatos, incluida Papel. Videla venía realmente deprimido de todas esas reuniones. Entonces un día le digo: Vea mi general, evidentemente el candidato de Massera es Trozzo, ¿por qué no utiliza la misma forma que Massera para dar por terminada la discusión? En la reunión digalé: ‘¿Muy bien, vos no estás de acuerdo con esto pero desde ya te digo que el Sr. Trozzo es mala palabra para el Ejército'. Ésta era la terminología que usaba Massera. Cuando no quería algo decía: ‘Esto es mala palabra para la Armada’. Massera nunca había mencionado a Trozzo en las discusiones, pero nosotros sabíamos que su candidato era él. Entonces Videla dijo: Trozzo es mala palabra para el Ejército. Y se acabó la discusión. Videla volvió encantado esa noche. ¿Si alguna vez se insultaron? Es probable. Videla tampoco era de aceptar insultos, pero éstos eran el vocabulario habitual de Massera”. En el momento al que se refiere Villarreal, Videla no podía saber que ocho años después sería procesado por los delitos de encubrimiento reiterado, abuso de autoridad y administración fraudulenta en perjuicio del Estado por el traspaso de las acciones de Papel Prensa (no fue condenado por prescripción de la causa). Tampoco sabía que sería investigado, además, por la quiebra del BIR. (…)
Este es el “relato” que, según Blanc, Van der Kooy y otros francotiradores de Magnetto, “acaba de inventar” el gobierno para apropiarse de Papel Prensa y de la palabra escrita, o como dice Ultragorililita Carrió, para ejercer el “terrorismo de Estado”.
6 comentarios:
Gracias por acercarlo.
Saludos.
Tanta alharaca para esta pavada...
Por qué no lo mandó al congreso antes y nadie se daba cuenta que a la casa rosada no iba a ir nadie, salvo los talibanes kk que ya no les queda nada por perder? No sería que cambió de idea y no se animó a hacerlo por decreto? Se dieron cuenta que en ningún momento nombró a Moreno? Para mí que Nestor que es tan republicano le aconsejó: no, Crishtina, por decreto no va, hagamos las cosas como se deben.
Usted lo ha dicho, se hacen las cosas como corresponde. Y cada día la tiene más adentro
Sos un trucho amateurista, denominar "pavada" a un delito de lesa humanidad gestado para controlar la libertad de prensa es no tener nada en la cabeza.
Este de amateur no tiene nada ,ponele la firma que es un capucha torturador y que se caga en las patas ,porque en cualquier momento tiene que ir a declarar por las barbaridades que hizo .Estos son los defensores de la tortura y el afano bajo coaccion
"...fue obligada por Martínez de Hoz y su pariente, Pedro Martínez Segovia, socio de Graiver y presidente de Papel Prensa, a vender su parte en la empresa papelera "
La venta se acordó a fines del 76 y la detención de la Papaleo fue a principio del 77 , tal vez vendio para hacerse de efectivo para calmar a los montos por los 14 millones de dolares que Gaiver les comió de la última cuota del secuestro de los Born podría ser no ?? porque Gaiver se gasto esa guita que le dieron para lavar en la compra de un banco en New York .
Lo bueno de los hechos históricos es que no es facil acomodar las fechas para que convengan , lo que pasó en tal fecha pasó en esa fecha y no en otra mas conveniente.
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