Nos enteramos de que son los pobres quienes tienen la desfachatez de comer asado, carne picada, azúcar, polenta, pollo y yogur. Se olvidaron de la cajita de Gargantini y el trago largo de alcohol fino con mocoretá, y de los sánguches de bergamota. ¿El lomo y el peceto no aumentan para los garcas? Contrariamente, la clase media, en una suerte de compulsión patológica, no “deja de llenar sus heladeras”. Tampoco paran de llenar el tanque del auto que cambian cada dos años y lo cagan a palos cada vez que hay un feriado largo.
Esta es muy buena: por favor que alguien me explique cómo afecta la inflación a un INDIGENTE. ¿Se mide por el efecto sobre el acaudalado que le arroja sus migajas?
Qué insensibilidad, mi viejo. Cómo si no se actualizaran salarios, jubilaciones y beneficios sociales en este gobierno, justamente. O tendrían que haber hecho la asignación universal por hijo para TODOS, como decía la gorda Descarriló. Valeria Mazza tiene cuatro pibes: lo bien que le vendrían a esos niños los 720 mangos que el populismo demagogo les ha arrebatado.
2 comentarios:
Toda esta sarasa para ocultar los manejos monopolicos , de los formadores de precios.
Curiosamente , vemos , algunos CEOS de multis del sector alimentos estan emparentados o tienen negocios con los asesores y personajes del grupo AAA.
Huele a pescado podrido.
La prensa está manejada por cirujanos: Siempre operando!
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